miércoles, 30 de abril de 2008

PALÍNDROMOS EN CLASE

Muchos de mis alumnos son producto de un milagro:
Aunque a primera vista son veinteañeros y con una madurez presumiblemente afianzada.

Sin embargo, como ignoran gran parte de los conocimientos básicos necesarios, se pasan los primeros días del curso aprendiendo lo que ya deberían dominar.

Con el paso de las semanas la mayoría des-maduran y rejuvenecen, convirtiéndose en muchachos y muchachas llenos de una vitalidad que inunda nuestras clases.

Cuando alcanzan ya el fin del primer trimestre, des-estudian y creen mayoritariamente en que determinados golpes de suerte les salvarán.

Meses más tarde esos alumnos des-juvenecen y alcanzan unos de los momentos más felices de sus vidas, especialmente con la llegada de la primavera en que, curiosamente -por empatía y simpatía- explosionan e ignoran obligaciones y hasta empiezan a faltar a clase cual niños que solo tontean y juegan.

Con el paso de las semanas, la mayoría des-infantilizan en una etapa posterior y en un proceso que se acelera vertiginosamente que suele desarrollarse a lo largo del tercer trimestre.

Después alcanzan plenamente la fase pseudo-natal durante la época estival en la que piden y exigen todo, dependiendo absolutamente de sus sorprendidos padres.

Sin embargo, como ignoran gran parte de los conocimientos básicos necesarios, se pasan los primeros días del verano aprendiendo lo que ya deberían dominar.

Aunque a primera vista son veinteañeros y con una madurez presumiblemente afianzada.
Y es que muchos de mis alumnos son producto de un milagro.

de Paco Cördoba